Me costó años entender lo maravilloso que puede llegar a ser convertirte en un vendedor de verdad con el alma y el corazón; y me costó entender que detrás de este mundo había algo tan poderoso llamado humanidad.
Las ventas hoy en día sobrepasan, todos los límites permisibles transaccionales y se arraigan por algo llamado éxito, pero no el éxito de las expectativas cubiertas bajo las necesidades de cualquier cliente; sino de ese éxito que lleva a la emoción, satisfacción, alegría y la felicidad de haber cumplido una misión.
Son muy pocos los que ingresan a ventas y entienden que al igual que en cualquier área de nuestra vida, tenemos que entrenarnos, prepararnos y luchar por mejorar. Creemos que solo basta con tener la base del conocimiento básico y que al final nada depende de nosotros, sino de lo que ofrecemos, la marca para la que representamos o los valores que otorgamos; sin embargo, ahí radica la primera causa de un sentimiento llamado frustración.
Al igual que un médico, un profesor, un ingeniero, un abogado u cualquier especialista, todos tenemos algo que aportar y enseñar, y no desde el lado profesional, sino desde el nuestro ser como humanos. Crecemos en un mundo, donde tener “esa profesión”, u otra nos hace mejores; pero hoy la vida nos enseñó, que al final, hay una profesión más poderosa en el mundo llamada “servir” y aquel que la cultive con determinación y pasión, tendrá mejores resultados.
El ser vendedor me enseñó, que las
oportunidades llegan una vez en la vida, pero a la
vez me enseñó a no esperarlas, sino a crearlas.
Me enseñó, que las personas no son fuentes de
dinero, sino fuentes de energía, vida y alegría. Me
enseñó a aceptar la negatividad y a verla como
una oportunidad para crecer. Al final, me enseñó
que nos hace falta soñar, porque así algunos te
digan que vivas y pises una realidad, los sueños sí
pueden hacerse realidad.
No caigas en el juego de un sistema, que lo único que quiere de ti, es cegarte hacia una realidad que sí puedes construir. Podrás tener la carrera o la trayectoria que quieras, pero si no cultivas el hambre de vivir con pasión y voluntad, de nada servirá. Ama ser vendedor, ama ser tú mismo y no la imagen de los demás.
Ser vendedor es el primer paso para encontrar la independencia de tu propia generación y ser una verdadera fuente de ingresos, ser vendedor es el primer paso para entender que si quieres más tienes que ir por más y no dependerá del tiempo, sino de cómo lo utilices. Ser vendedor es el primer paso para iniciar el camino de construcción de grandes oportunidades de negocios. Ser vendedor es el primer paso, para entender cómo funcionan las personas, que las mueve, y cómo es que viven.
Ser vendedor será lo más increíble que puedas hacer en la vida, y te dará las herramientas que necesitas para lograr cualquier cosa que te propongas, pero debes atreverte a descubrir lo que por años, te enseñaron mal, todo lo demás es proceso, procedimiento y operaciones. Sentimos frustración porque sentimos que no avanzamos, pero ¿Cómo esperamos avanzar, si en tantos años no somos capaces de aprender algo nuevo?, ¿Cómo esperamos convertirnos en los mejores, si no somos capaces de entregarnos con humildad y con honestidad a lo que hacemos?, ¿Cómo esperamos tener grandes resultados, si miras esta actividad como algo pasajero en tu vida o simplemente como un trabajo para ganar algo de dinero?
Si tan solo hiciéramos de las ventas un hábito en nuestra vida, todo lo demás sería más sencillo. Tú vales tanto como los demás y el éxito no está determinado por lo que estudies, en donde lo hagas y cuando lo hagas, claro que te sumará, pero la mejor escuela del mundo la encontrarás viviendo, cayendo y levantándote mil veces más. Competidores los tendrás, pero si hay alguien a quien tendrás que enfrentar cada instante es a ti mismo. No caigas en el juego de los demás, no te dejes llevar por una creencia que se ha consumido a millones.
Quizá crees que hoy solo eres uno más en el mundo, pero estoy seguro que dentro de ti hay un mundo tan grande que podrá cambiar la historia de muchos. La peor frustración debería ser caminar por aquí, sabiendo que dañamos a alguien más, porque no hay mayor grandeza que saber que alguien vivió un poco más por el gran mensaje que pudiste dejar.
Aprende a seguir tus instintos, tu corazón; pero sobre todo aprende a vivir con la locura de hacer este mundo mejor.
¡Lo llames humo, locura o sea como lo llames,
eso cambió este planeta!